Últimamente son cada vez más los supermercados en los que encuentras una gran góndola repleta de fruta deshidratada llenas de color y vistosidad. Una sanísima opción en pleno auge. Pero ¿sabemos realmente los beneficios que nos aportan? Vamos a explorar las bondades de esta interesante forma de comer fruta y en qué casos son más beneficiosos.
¿Qué son las frutas deshidratadas?
Como su nombre indica, son frutos a los que se les han extraído toda el agua mediante procesos de secado. El secado de los alimentos tiene su origen en los clanes del neolítico que encontró en este proceso una gran solución para conservar los alimentos por más tiempo sin que pierdan muchas de sus propiedades energéticas y nutritivas.
No es que contengan 4 veces más vitaminas
Ciertamente, podemos leer sobre ellos que son un concentrado de vitaminas y minerales pero la realidad es que las frutas desecadas al tener menor tamaño que su equivalente ''fresco'', tienen las mismas propiedades solo que en un menor volumen lo que las convierten en pequeños ''cócteles'' de vitaminas.
¿Cuáles son los beneficios?
En primer lugar todas sus propiedades están agrupadas en un tamaño reducido lo cual las hace un complemento ideal para dietas que necesiten gran aporte energético. Contienen grandes cantidades de proteínas y grasas insaturadas del grupo Omega3. Muy recomendadas también en la dieta de personas con problemas gástricos, cálculos de vesícula o para regular el tránsito intestinal. Sin olvidar que como ingrediente para salsas, postres y rellenos ofrecen un resultado excelente.
Recomendable pero con moderación
Como todo en la dieta, tiene su beneficio si se consume con moderación, ya que en su pequeño tamaño se concentran numerosas ventajas pero también grandes cantidades de azúcares. Poseen por tanto un alto valor calorífico, es por lo que recomendamos un consumo regular pero moderado.
Si eres de los que le cuesta consumir fruta a diario ya sea por tiempo o desidia, encontrarás en las frutas deshidratadas el ''snack'' perfecto.