Los arándanos rojos deshidratados, una opción sana y deliciosa para mantenernos sanos
Los arándanos rojos son unos frutos redondos, de pequeño tamaño y de color rojo que crecen en unos arbustos originarios de Norte América y Canadá. Estas diminutas frutas tienen un sabor intenso y ligeramente ácido.
Los arándanos rojos se consumen principalmente deshidratados, pues es la mejor manera de conservar sus propiedades intactas durante meses.
Los beneficios de los arándanos rojos ya eran conocidos por los indios nativos que vivían al norte de América y Canadá, los cuales las utilizaban para remediar numerosas enfermedades urinarias.
Numerosos estudios científicos han comprobado que algunos de los componentes químicos presentes en los arándonos rojos evitan que las bacterias que causan problemas urinarios (como el E. Coli) se adhieran a las células de nuestro cuerpo. Por esto, los arándanos rojos son un potente antibactericida ante enfermedades como la cistitis, las infecciones de orina, de próstata y los cálculos renales.
Además, estos frutos son ricos en vitamina C, un antioxidante excelente para protegernos del envejecimiento prematuro y para reforzar nuestras defensas.
A parte de la vitamina C, los arándanos rojos también destacan por su contenido en otras vitaminas como la A, B1, B2, B3, B5, B6 y E.
Los arándanos rojos son fuente de ácido salicílico, el cual ayuda a reducir la hinchazón de las articulaciones y además evita la coagulación de la sangre.
Estos pequeños frutos también son fuente de fibra soluble, que evita la acumulación de colesterol malo en las arterias y ayuda mantener una buena salud cardiovascular.
Gracias a sus múltiples propiedades antioxidantes y a su bajo contenido en grasas, los arándanos rojos deshidratados son la opción más sana y deliciosa para mantenernos sanos y protegidos ante múltiples enfermedades. Os recomendamos tomar a diario un puñadito de estas frutas deshidratadas solas, en postres, con yogur, en la macedonia o como parte del muesli.