El amaranto se considera en muchas ocasiones como un cereal, ya que produce unos pequeños brotes similares al grano. En el mundo de la botánica esta planta no pertenece al grupo de los cereales, sino que pertenece a la familia de la amaranthacea. Al igual que sucede con otras plantas, como la quínoa, que producen grano, el amaranto se considera un ''pseudo-cereal'', ya que su composición nutricional es similar a las de otros cereales.
Este alimento empezó a ser cultivado por los aztecas hace siglos y está presente en la historia de países como Perú y México. En la actualidad el amaranto está volviendo a adquirir gran popularidad debido a la cantidad de nutrientes beneficiosos que contiene. Destaca por estar compuesto por un elevado porcentaje de minerales, como el fósforo, el calcio o el hierro, y por el gran aporte de proteínas que supone. Además es una fuente rica en fibra, ácido fólico y en lisina, un aminoácido que aporta proteínas fáciles de digerir para el organismo.
El amaranto se distingue de otros tipos de grano por aportar, según cada caso, el doble o el triple de proteínas y aminoácidos. Además es el único que
contiene vitamina C
Gracias a su composición nutricional esta planta, o pseudo-cereal, puede ser muy beneficiosa para la salud. Puede utilizarse como producto dietético, ya que los carbohidratos que aporta son saludables y por su aporte en fibra es muy digestivo. Ayuda a prevenir enfermedades como el cáncer de colón, la obesidad, o los problemas de memoria. Además es muy útil a la hora de mantener los niveles adecuados de colesterol y en el normal funcionamiento del sistema central nervioso. También se recomienda en el tratamiento de otras afecciones como la hipertensión, la insuficiencia hepática o la osteoporosis.
Por todas estas propiedades el amaranto es un gran aliado para llevar una dieta sana y equilibrada.