El consumo de harina de trigo con sus modificaciones genéticas parece estar directamente relacionado con el aumento de personas diabéticas, el aumento de peso, niveles altos de colesterol y triglicéridos, así como mayores ataques al corazón. Todo esto ha hecho no solamente que se recomiende disminuir su consumo en la dieta diaria sino también buscar alternativas más saludables. Dentro de las harinas consideradas saludables que podrían sustituir la del trigo están la harina de garbanzos, de algarroba, de quínoa, de centeno y de espelta. Veamos las características más resaltantes de cada una de ellas.
Harina de garbanzos
Es una harina con agradable sabor, no contiene gluten y su uso es recomendable para el consumo de recetas saladas, se puede combinar con aderezos, lo que lo hace la favorita en la cocina hindú. Es una harina rica en proteínas y fibras. Tiene un poder aglutinante que favorece la cocción en cualquier preparación rebozada. En algunas recetas se hace necesario cortar el sabor a garbanzo, para ello se puede agregar un poco de zumo de limón o un chorrito de vinagre e inmediatamente se corta el sabor.
Harina de algarroba
Es una harina que proviene de las semillas del árbol de algarrobo. A partir de ellas y su posterior proceso, se convierte en harina con características ideales para la fabricación principalmente de tortillas. A medida que se ha incrementado su uso se ha logrado mejorar la presentación y sabor de esta harina, incluyéndose en platos de repostería. Incluso se ha llegado a comparar en el sabor con las cualidades del cacao.
Harina de quínoa
Es una harina muy versátil, su uso puede alternarse en recetas de comidas dulces y saladas. La presencia de proteínas es superior a la de las demás, ideal para niños en crecimiento y en personas adultas. Para las personas con condición celiaca esta harina es la preferida. Se emplea para hacer galletas, pan y un gran número de recetas fáciles que se pueden realizar en el hogar.
Harina de centeno
Se obtiene a partir de la molienda de su semilla. Es un cereal que se consume a nivel mundial en escalas aceptables. Esta harina contiene gluten aunque en menor presencia que en el trigo, por tanto, no es recomendable para la población celiaca. Es de condición panificable y su utilización se encuentra ligada a la preparación de albóndigas, pizzas, panes, y en algunas ocasiones puede mezclarse con diferentes clases de harina, potenciado sus propiedades.
Harina de espelta
Es considerada como la variedad original del trigo, aquella que no ha sido modificada genéticamente, sus orígenes se remontan a más de 7000 años de antigüedad. Tiene propiedades nutricionales excepcionales, lo que aporta un sinfín de beneficios a todos los que la consumen. Por ejemplo, la harina de espelta es más fácil de digerir, así que para bajar de peso o mantenerse es ideal. Además, provoca menos reacciones alérgicas con relación a la harina de trigo.
Estas son algunas de las harinas alternativas al trigo más comunes, solo falta que las uses y comiences a explorar nuevas recetas.